Esta es la segunda convocatoria del Festival 4+1 que se celebrará anualmente. Tendrá lugar del 26 al 30 de octubre de 2011. Cinco días de proyecciones en cinco ciudades, cinco países en un solo Festival.
En esta segunda cita, la programación estará formada por 14 películas dentro de la sección de concurso, a las que se sumarán las relacionadas con el Invitado de Honor.
El Festival de Cine 4+1 Fundación MAPFRE se celebra de forma simultánea en Argentina, Brasil, Colombia, España y México y es uno de los primeros certámenes cuya sección competitiva se ofrecerá íntegra on line.
El Festival ha creado un circuito en el que se proyecta cine de autor que ha participado en certámenes y que no se ha estrenado en salas. Esta segunda cita tendrá a México y su Cineteca Nacional como sede central. Otras instituciones y sedes serán: La Cinemateca Distrital y Cine Colombia en Bogotá; el Malba-Fundación Costantini (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) en Buenos Aires; el Centro Cultural do Banco do Brasil en Rio de Janeiro y los Cines Golem en Madrid.
La sección competitiva se ofrecerá en los cinco países a través de la plataforma digital MUBI.COM, que cuenta con 1,6 millones de usuarios y un catálogo de 4.500 títulos, accesibles on line. El certamen ya ha colaborado con este site en la reciente conmemoración del 50 Aniversario de la Semana de la Crítica de Cannes.
Secciones:
La programación del Festival 4+1 está formada por dos conjuntos de proyecciones:
La Sección Competitiva, con películas seleccionadas entre las presentadas recientemente en los principales festivales internacionales. Siguiendo este criterio, la programación hace accesible al público un conjunto de películas que, pese a sus valores cinematográficos, no logra acceder a los circuitos comerciales o lo hace con mucho retraso. Así, en esta segunda edición el Festival 4+1 incluye obras de cineastas tan prestigiosos como Takeshi Kitano, Otar Oiselliani o Nicolás Philibert y de directores emergentes como Kelly Reichardt, Andrés Duque, Nikola Lezaic o Marian Crisan, así como cintas que han sido proyectadas en los festivales de Cannes, Venecia, Berlín, Toronto, Locarno o Rotterdam, entre otros.
La Sección Especial, de menor extensión y relacionada directamente con la personalidad cinematográfica que el Festival acogerá, en calidad de Invitado de Honor, en la sede oficial de cada edición.
Programación:
Entre los 14 títulos que competirán por el Premio del Público 4+1 se destacan:
Chantrapas (Otar Ioselliani, 2010). Este film ofrece una mirada irónica sobre el cine y sobre los obstáculos políticos y económicos que supone su realización. Es un tierno homenaje a una era ya pasada (o no) y a los medios más palpables que hacen posible la creación de una película: las mesas de edición, el negativo en 35mm, las páginas de los guiones… Esta sátira encantadora está basada ligeramente en la experiencia personal del propio director, el georgiano ya clásico Otar Losseliani, a quien prohibieron estrenar sus películas en la URSS obligándole a emigrar a Francia a principios de los años 80. Es una película que declara su amor al cine por encima de todas las dificultades del camino. El cine es una feria encantadora, afirma Losselani; a pesar de todo. Tras ser proyectada en Cannes, obtuvo el Premio Especial del Jurado en el Festival de Mar de Plata.
Morgen (Marian Crisan, 2010). Hay películas cargadas de buenas intenciones que se ahogan bajo el peso de las mismas. Películas sociales, tan preocupadas por el tema, que se olvidan de su propia materia cinematográfica. Morgen podría haber sido una de ellas, podría haberse convertido en una más de tantas películas de denuncia que lavan la conciencia del espectador a base de ensuciar las imágenes con su porno miseria. Sin embargo, Morgen es la demostración de que el cine no ha perdido todavía su capacidad de hacer denuncia, retrato, política, sin dejar de ser cine. O más todavía: la demostración de que el cine puede coger fuerzas en la denuncia de lo real para salir fortalecido. Con fino humor, y sin perder de vista el trasfondo de una Europa que mira con recelo a los que ansían trabajar en ella, la cinta –que obtuvo el Premio Quijote en el Festival de Locarno- se eleva como una película de amistad al tiempo que una denuncia social.
Color perro que huye (Andrés Duque, 2011). El primer largometraje de Andrés Duque, -uno de los gurús del cine experimental- es el resultado de un sentimiento, un accidente y una recopilación. Un accidente -el cineasta se rompió el tobillo, escena que filmó y con la que abre la película- le forzó al reposo y aprovechó para sumergirse en su "banco de memoria" compuesto por vídeos de archivo, instantes, descartes y "secuencias" que ha ido registrando en vídeo a lo largo de los años.Con todo ese material, construye un cuaderno de notas, un fascinante documental poético que tiene tanto de autorretrato como de diario filmado y de ensayo audiovisual. Color Perro que Huye es una obra que a la vez que transgrede todos los formatos conocidos, sienta las pautas de un cine futuro cuyas principales armas son el riesgo pasional (casi suicida), la inteligencia estética (a la hora de captar emociones en imágenes y viceversa) y el poder sadiano de la mirada (una reformulación que arrancaría en Dziga-Vertov hasta llegar a Chris Marker). El film es una apología de la libertad creativa que se hizo con el Premio del Público en el Festival Punto de Vista.
Tilva Rosh (Nikola Lezaic, 2010) Las tres razones por las que hay que ver esta película son precisamente aquellas por las que muchos espectadores aún no han podido verla: que es una ópera prima, que es de nacionalidad serbia y que está protagonizada por actores adolescentes no profesionales. Y hay que verla porque su valor no está en los nombres ni en nada que forme parte de los alrededores del film, sino que todo el interés que despierta Tilva Rosh está debidamente concentrado en la pantalla.La feroz energía de sus imágenes, la implacabilidad de un retrato generacional de aquellos niños que nacieron bajo el ruido de las bombas balcánicas y ahora, en el último verano de sus adolescencias, se enfrentan al final de algo que no saben muy bien qué es. Dos amigos de infancia, y su grupo de skaters, que responden con sentimientos encontrados (rabia, melancolía, violencia y desencanto) ante la precariedad existencial de un futuro que se les antoja imposible. Tilva Rosh obtuvo el Premio Especial del Jurado en el Festival de Gijón, el Premio al Mejor Actor y a la Mejor Película en el de Sarajevo y se proyectó en Locarno.
Nénette (Nicolás Philibert, 2010) Durante 70 minutos los espectadores de esta película son felizmente esclavizados: sólo tienen ojos para Nenétte, una orangutana de Borneo que lleva casi 40 años en el Zoo de París. Este animal, tan parecido a nosotros, recibe cada día a cientos de visitantes que comentan todo tipo de cosas delante de su jaula de cristal: ¿Estará aburrida? ¿Será feliz? ¿Puede vernos?Nicolás Philibert lleva el concepto del punto de vista cinematográfico hasta sus últimas consecuencias invitándonos a asistir al juego de espejos que es esta película impecable sobre la mirada y sobre lo que proyecta el que mira. Después de ver este fascinante documental a uno sólo le cabe preguntarse quién observa realmente a quién. Nènette se proyectó en los Festivales de Berlín, San Francisco y Punto de Vista, entre otros.
Outrage (Takeshi Kitano, 2010). Ultraje, atrocidad e incluso indignación son traducciones válidas para el título de esta nueva película de Kitano y cualquier de ellas van bien con una historia de yakuzas, en la que los miembros de esta mafia japonesa inician una escalada de violencia y asesinatos dentro de una extraña cotidianeidad.
Un torno de dentista se convierte en un arma terrible en manos de alguno de estos yakuzas, como un par de palillos clavados en un oído o una soga atada en su extremo a una barra anclada en el suelo y en el otro a la cabeza de un hombre sentado en un asiento de coche que acelera brutalmente. Esos son, según Kitano, algunos de los métodos que usan los yakuza para matarse unos a otros. Outrage devuelve al espectador en estado puro al Kitano más implacable, irascible e hiperviolento que hemos conocido.
Meek’s Cutoff(Kelly Reichardt, 2010). Si pudiéramos combinar el clasicismo de Caravana de Paz (John Ford) con la seducción poética de Días del Cielo (Terrene Malick), obtendríamos algo muy parecido a Meek’s Cutoff. El asombroso talento de Kelly Reichardt para redefinir una road movie –como hizo en Old Joy y en Wendy & Lucy, piezas esenciales del último cine indie– vuelve a ponerse a prueba en los territorios del género por excelencia del cine norteamericano.
Inspirada en un incidente real acontecido en 1845, es esta película no sólo la oscura y polvorienta crónica del nacimiento de una nación, la (micro) historia de los primeros pobladores de Estados Unidos, almas errantes y cuerpos sedientos cruzando un vasto desierto hacia un lugar indeterminado, inexplorado por el hombre blanco. Esta película es también la historia de un género, el western, que aún hoy puede radiografiar con exactitud el alma de una civilización forjada con sueños rotos. Academicismo y experimentalismo, épica y mística, aventura y contemplación en un filme que existe no para ser visto, sino para ser habitado, donde la fotografía realista y la estética pictórica conviven sin conflicto para recomponer los paisajes visuales y, sobre todo, los trayectos morales del western. Esta ha participado en los Festivales de Venecia y Toronto.
Premio:
El festival entregará el Premio del Público 4+1 a la Mejor Película, dotado con 20.000 euros. El Premio se otorgará por votación directa del público asistente a las diferentes sesiones del festival en todas sus sedes, a través de papeletas que se repartirán y recogerán en cada proyección.
0 Comentarios