Luego de su preestreno en el MUBI Fest, ahora tiene su estreno comercial Fue sólo un accidente, la nueva película del director iraní Jafar Panahi.
Por Denise Pieniazek
El largometraje Fue sólo un accidente (Yek tasadof-e sadeh, 2025), ganador de la Palma de Oro en el Festival de Cannes, es una coproducción entre Irán y Francia. Jafar Panahi, su guionista y director, es uno de los más influyentes de la llamada nueva ola del cine iraní, y hacer cine en su caso es un gesto de valentía ya que, debido a sus críticas hacia la república islámica y su orden patriarcal, ha sido encarcelado y privado de su libertad en reiteradas ocasiones. Por esa misma razón Fue sólo un accidente, fue realizada sin permiso oficial de rodaje de las autoridades iraníes.
El realizador de El globo blanco (1995), El círculo (2000), Offside (2006), Los osos no existen (2022), en esta ocasión nos introduce en la historia a través de Vahid, un mecánico de autos, quien debe rememorar un período traumático de su vida cuando se encuentra al hombre que cree que lo torturó en prisión. Mientras lo secuestra para vengarse, la incertidumbre comienza a aparecer y duda si éste es realmente el mismo hombre, su única pista es que el torturador era rengo y tenía una prótesis en la pierna y su chirrido al caminar.
Por lo cual, a medida que avanza el relato se plantean diversos dilemas éticos y el esquema actancial que Panahi presenta es el de personajes humanos que no pueden clasificarse en la simple dicotomía de buenos y malos, sus personajes son complejos y ambiguos. Vahid, para intentar confirmar la identidad del supuesto verdugo que ahora es el “secuestrado” -es decir que el filme también propone un cambio de roles entre victima y victimario- busca a sus compañeros de prisión, quienes al igual que él, han sufrido las sádicas torturas de este hombre, incluso una de las mujeres fue violada.
El director, tiene el ingenio de comenzar el relato con ambigüedades sobre lo que acontece, la información se va dosificando de a poco, para que no sepamos desde el inicio si el protagonista se ha equivocado o no de hombre y por ende nuestro “juicio” sobre el accionar de los personajes irá cambiando conforme a las dudas que ellos mismos se plantean. ¿Ese hombre rengo, es realmente el culpable? ¿Y si lo es qué harán con él?
Pero a su vez, este trasfondo tan duro concerniente el contexto histórico al que alude el relato no produce una narración densa, todo lo contrario, una vez más la creatividad de Panahi logra, incluso con esa temática latente, producir logrados momentos de comicidad. En cierto modo, el filme cuya acción avanza como una cadena de hechos desafortunados, funciona similar a una comedia de enredos (screwball comedy) y también como una road movie. Produciendo en consecuencia, momentos tragicómicos y absurdos, hasta se hace mención a la obra teatral Esperando a Godot (de Samuel Beckett) exponente de dicho género. Esa espera constante de Godot podría ser similar a la búsqueda constante de Vahid y sus conocidos por confirmar la identidad del torturador, también un árbol (escenografía de la misma) tendrá un significado especial en la historia.
Por otro lado, puede pensarse que la película también reflexiona sobre las propias experiencias del director. Uno de los personajes pronuncia “me arrestaron por propaganda contra el régimen”, es sabido que desde el 2009 hasta el 2023, Panahi fue detenido en reiteradas ocasiones (incluso una de ellas junto a su esposa y su hija), y fue liberado posteriormente bajo fianza tras realizar huelgas de hambre, gracias a la ayuda de organizaciones internacionales. También se le quitó su pasaporte y se le prohibió abandonar el país. Fue condenado a seis años de cárcel y dos décadas de inhabilitación para hacer cine, viajar al extranjero o conceder entrevistas, supuestamente por “conspirar contra el gobierno” y por “colusión contra la seguridad nacional y por propaganda contra el sistema”. En 2023, pudo salir de Irán por primera vez en casi catorce años para visitar a su hija en Francia, después de que las autoridades le otorgaran un pasaporte.
El cine de Panahi posee una fuerte crítica social a las restricciones impuestas por el gobierno iraní. En el presente largometraje también se hace alusión a la Guerra de Siria y al reclamo de los trabajadores por sus derechos. También se menciona a la “Sharia”, el código de conducta islámico que abarca todos los aspectos de la vida, un conjunto de principios morales y éticos que los eruditos islámicos interpretan para crear leyes. En adición, el relato expone también las tensiones entre el individuo y el sistema.
En conclusión, mediante un sólido y distinguido guión lo que comenzó como un “mero accidente” pone en movimiento una serie de acontecimientos cuyas consecuencias irán en crescendo, manteniendo la intriga del espectador hasta el final. Su desenlace es brillante, puesto que dada su ambigüedad no clausura sentido abriendo su interpretación al público a -como mínimo- dos lecturas opuestas posibles: En último plano donde Vahid se encuentra de espaldas a cámara, ¿el sonido del chirrido es producto de sus traumas mentales o el verdugo ha vuelto?
FICHA TÉCNICA
Título original: Yek tasadof-e sa
Año: 2025.
Dirección: Jafar Panahi.
Guión: Jafar Panahi.
Elenco: Vahid Mobasseri, Mariam Afshari, Ebrahim Azizi, Hadis Pakbaten, Majid Panahi Ali, Mohamed Ali Elyasmehr Hamid, Delmaz Najafi, Afssaneh Najmabadi, Goerge Hashemzadeh.
Duración: 103 minutos.
País de origen: Irán, Francia.
Distribuidora: Maco/MUBI.
Estreno: 4 de diciembre de 2025 en cines.




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