Por Denise Pieniazek
Ha llegado el nuevo y esperado largometraje de Pixar, Luca (2021), situado en un verano de la Riviera italiana. En la película una criatura marina llamada Luca que vive junto a sus padres y su abuela bajo el mar, se hace amigo de otro “niño-pez” que lo alienta a hacer lo que él practica hace años: salir hacia la superficie y conocer el mundo de los humanos. A partir de allí, Luca descubre que, al igual que su nuevo amigo Alberto, tiene la capacidad de transformar su aspecto en humano. Juntos emprenderán una hermosa aventura llena de aprendizajes y experiencias, en busca de obtener lo que ambos desean: la libertad.
Para lograr dicha independencia, Luca y Alberto se inmiscuyen camufladamente en un pueblo costero italiano llamado Portorosso, cuya ambientación enseguida remite a las típicas casas coloridas italianas, incluso la fuente con motivos marinos de su plaza central remite a las que pueden encontrarse en Roma. En Portorosso, debido a leyendas populares, sus habitantes están en contra de lo que ellos llaman “monstruos marinos”. Inversamente, las criaturas que viven bajo el mar, llaman a los humanos “monstruos” de arriba. Es decir, que la película divide el universo diegético en dos microcosmos que interactúan y evidencian que todo depende del punto de vista. Esta es una forma de traer nuevamente a escena la tradicional dicotomía entre “civilización y barbarie”, ¿quién es cada cual?, dependerá de como se lo mire.
Si bien al conocer el argumento del filme, es inevitable pensar en el cuento "The Little Mermaid" (1837) de Hans Christian Andersen y la posterior transposición homónima de Disney La Sirenita (1989), lo cierto es que la forma en que es representado el conflicto en Luca, es mucho más positiva e inclusiva. Mientras que Ariel, la sirena debía cambiar para permanecer en el mundo de los humanos y poder casarse con el príncipe, en Luca el mensaje afortunadamente es el opuesto. Porque cuando Luca y Alberto logran legitimarse en Portorosso, esta ciudad pesquera que detesta los “monstruos” marinos como ellos, lo hacen desde su corporalidad de criaturas acuáticas. Por ende, esto es una diferencia notable en cuanto al mensaje de tolerancia, inclusión, diversidad y aceptación (tanto de nosotros mismos, como de los demás) que otorga emotivamente Luca. En consecuencia, Pixar se posiciona ideológicamente un paso más adelante que las animaciones tradicionales previas.
Porque Luca es sobre la amistad, la lealtad, la aceptación y el respeto, valores que son representados constantemente en el largometraje. Por ejemplo, a través del recurso que Alberto le enseña a Luca al pronunciar “Silencio Bruno”, para acallar esa voz interior que nos llena de inseguridades y pensamientos negativos. La amistad de Luca, Alberto y Giulia posee un mensaje superador que alienta a vencer los miedos y prejuicios sociales. Tal como Giulia llama a su nueva pandilla de amigos los “underdogs” (relegados, desvalidos, marginados), quienes se unen para hacerle frente al Bullying.
Asimismo, positivamente en Luca, se representan distintos modelos familiares, hay matrimonios (los padres de Luca), parejas divorciadas (los padres de Giulia), y también la mención al padre ausente Alberto. En adición, otra caracterización diversa que emplea constructivamente la película, es que Giulia es una niña con una personalidad belicosa (distanciada del canon tradicional femenino), ella es inteligente, le gusta la astronomía, y por sobre todo es la única niña que se enfrenta al joven abusivo de la ciudad.
Por otro lado, es pertinente mencionar que Luca además de homenajear las tradiciones italianas, también rinde culto al cine italiano mediante los posters de películas que se encuentran en la ciudad tales como La strada (1954, Federico Fellini) -en la cual actuaba Giulietta Masina, nombre que se repite en Giulia/Giulietta la niña pelirroja (como Mérida de Brave, 2012) que acompaña a Luca y Alberto-, Roman Holiday (1953, William Wyler), y la producción de Disney 20.000 Leagues Under the Sea (1954, Richard Fleischer), como verán son todos filmes de la década del ´50. Asimismo, también se recuerda a figuras emblemáticas de la industria cinematográfica a través de apellidos de los personajes o nombres de sitios de Portorosso, como a Stefano Pittaluga, Luchino Visconti y Marcello Mastroianni. Al respecto es pertinente recordar que el director y coguionista de Luca, Enrico Casarosa, es italiano. Por último, además se incluyen en la película muchos temas musicales populares de Italia como “Il gatto e la volpe” que narraba un episodio de el gato y el zorro de la famosa novela italiana Pinocchio, cuyo libro aparece también en el cuarto de Giulia al igual que un Pinocho de juguete. Esto es muy significativo a nivel intertextual porque ambos niños, Pinocho y Luca, emprenden un viaje de autoconocimiento y transformación física.
Finalmente, en sintonía con el contexto actual y en el marco de su estreno coincidente con el mes del orgullo LGBTQ ¿puede interpretarse que hay en Luca una metáfora de la homosexualidad y la homofobia? Si bien su director ha negado esto diciendo que principalmente Luca es un culto a la amistad, hay elementos que permiten justificar dicha hipótesis de lectura. Cuando Luca sale del fondo del mar hacia la superficie tras seguir a Alberto, puede compararse el gesto al “coming out”, es decir al proceso de aceptar su orientación sexual o identidad de género, y compartir posteriormente esa identidad abiertamente con otras personas. Porque justamente Luca se dirige del interior del mar hacia el exterior, y allí Alberto le pregunta si es su primera vez. Cuando ya los dos niños preadolescentes (edad del despertar sexual) han entablado el vínculo, Alberto le comparte su experiencia y enseña a Luca cómo manejar esa “nueva identidad”. Luego de compartir un romántico atardecer abrazados pronuncian “just you and me there free” (solo vos y yo libres). En adición, salir a la superficie, era algo que los padres de Luca no le permitían, es decir que esta experiencia era mal vista y prohibida por el mandato familiar. También está temáticamente presente la cuestión de los prejuicios, el miedo a la no aceptación, y el deseo de querer encajar en el entorno. La película concluye con una pertinente reflexión realista por parte de los padres de Luca, quienes enuncian que “algunas buenas personas lo aceptarán y otros no”. Al respecto, el año pasado se estrenó en Disney Plus el cortometraje Out (2020) de Pixar, que representaba explícitamente la homosexualidad masculina.
Para concluir con el análisis de Luca, también puede interpretarse que los transportes allí representan el acceso hacia la libertad y la independencia, ya sea una Vespa o un tren, parece que el “motor” interior es metáfora de cambio. Al cabo, por si ya Luca no ha transmitido suficientes valores, también nos enseña que amar, a veces es soltar y dejar ser, así como los padres y Alberto le permiten a Luca su crecimiento personal. En definitiva, Luca es una película que sin dudas merece ser vista, tanto por grandes como por adultos, que además de todo lo esbozado anteriormente, es emotiva, divertida, y mediante su gran poder de síntesis en su duración y ritmo, es muy entretenida y disfrutable.
Ficha Técnica
Origen: Estados Unidos.
Año Realización: 2021.
Dirección: Enrico Casarosa.
Guión:Enrico Casarosa, Jesse Andrews, Simon Stephenson, Mike Jones.
Con las voces de: Jacob Tremblay, Jack Dylan Grazer, Emma Berman, Maya Rudolph, Jim Gaffigan y Marco Barricelli.
Dirección de Arte: Daniela Strijleva.
Dirección de Fotografía: David Juan Bianchi, Kim White.
Montaje: Catherine Apple, Jason Hudak.
Música: Dan Romer.
Producción:Andrea Warren.
Duración: 95 minutos.
Fecha Estreno en Argentina: 18/6/2021.
Distribución: Disney Plus.
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