Mujer Maravilla 1984, cuando "la verdad es suficiente"





El largometraje Mujer Maravilla 1984, luego de estrenarse simultáneamente en salas de cine y por streaming a través de la plataforma de HBO MAX en Estados Unidos el pasado 25 de diciembre, gracias a la reapertura de algunas salas de Argentina tiene su estreno comercial.

Por Denise Pieniazek*

 

Mujer Maravilla 1984 (Wonder Woman 1984, 2020) como secuela deMujer Maravilla (Wonder Woman, 2017)retoma los acontecimientos y la vida de la poderosa heroína de DC Comics varias décadas después ambientándose como su título indica en la década del `80. Recordemos brevemente que el personaje de la Mujer Maravilla había tenido su debut live-action en la serie televisiva interpretada por Lynda Carter (la cual abarcó desde 1975 a 1979), quizás como efecto colateral del movimiento feminista norteamericano de los ´70 que utilizó al personaje femenino de DC Comics para la tapa del primer ejemplar de la revista Ms.Magazine.En 2016 a modo de presentación de lo que sería el universo en cuestión, fue interpretada por primera vez en la pantalla grande por Gal Gadot, para luego dar paso a su película singular en 2017. Resulta pertinente reflexionar si las transposiciones televisiva y cinematográfica de dicho personaje mujeril, estuvieron o no estrechamente vinculadas a las olas feministas de cada contexto de producción respectivamente. Recordemos que el comic de la Mujer Maravilla fue creado en 1941 por William M. Marston con el objetivo de otorgarle a las nuevas generaciones un nuevo modelo de mujer que se oponga al tipo de mujer canónico de la época. 

 Ahora sí, retomando el presente estreno del film Mujer Maravilla 1984, escrito y dirigido nuevamente por la óptica femenina de Patty Jenkins, quiendivide estructuralmente y de forma tradicional el relato en tres partes concernientes al inicio con la presentación de los personajes, el conflicto y su respectivo desenlace. Aunque hay que distinguir en la primera parte de la estructura un pequeño prólogo producto de un flashback (la primera película de Wonder Woman también comenzaba con un flashback), que sitúa la acción en Themyscira, la isla en donde viven las Amazonas (mujeres guerreras) y de donde es originaria nuestra protagonista Diana Prince/Mujer Maravilla, interpretada por la actriz israelí Gal Gadot.

Algo que sostengo desde Mujer Maravilla (2017) es que lo más interesante de estas nuevas transposiciones cinematográficas es la representación del universo de Themyscira, que en este caso nos lleva rápidamente a la niñez de Wonder Woman, en una competencia olímpica en un escenario que remite al antiguo coliseo romano. Mientras que en la primera entrega ese escenario duraba casi la mitad de la película, en este caso es tan sólo un breve prólogo lo cual es una lástima porque condensa la potencia feminista que genera gran emoción.

En Mujer Maravilla 1984 desde el inicio del prólogo hasta el final se prepondera un valor abstracto: la verdad. Y este es uno de los mensajes más valiosos que la película desea transmitir, junto con la idea del sacrificio, a través de la representación de una Mujer Maravilla más madura que en la entrega anterior, que ha tomado las enseñanzas de su entrenamiento tanto físico como espiritual. Pues actualmente si está lista para la grandeza que el devenir de su destino y origen anunciaban, y también ahora el mundo está listo para ella. Ese “futuro” que en la película se anuncia como superfluo y amenazante, posee una fuerte crítica a la sociedad capitalista y a la televisión, mediante una excelente ambientación de época, que no necesita a diferencia de otras producciones ambientadas en los ´80 regodearse en citas a la cultura pop de la época.

Hay que destacar que las secuencias iniciales con una Mujer Maravilla en acción, poseen gran exaltación del empoderamiento femenino, que puede sintetizarse en una secuencia en la que la protagonista toma a un hombre de sus pies poniéndolo de cabeza, y haciendo a su vez mirada cómplice a una niña, como si le estuviese diciendo “hay que poner al patriarcado de cabeza” o “hay que invertir el orden varonil establecido”.


Luego la presentación de los personajes, con una Barbara Minerva/Cheetah (Kristen Wiig) experta en geología y zoología, que comparte su lugar de trabajo e investigación con Diana, quien se desempeña allí como arqueóloga. Pero el presente de Diana también incluye la soledad y nostalgia por los momentos de romance vividos con el piloto Steve Trevor, a lo cual accedemos debido al gran poder de síntesis de un paneo por el decorado de su departamento que condensa eficazmente la información de su pasado.  

Mediante la pantalla del televisor dentro de la diégesis, conoceremos al villano en cuestión, Maxwell Lord (Pedro Pascal), un hombre muy codicioso dispuesto a todo para conseguir lo que desea, cuya imagen externa no se condice con sus verdaderas intenciones, teniendo una doble cara como una especie de Jekyll/Hyde. A través de una antigua piedra encontrada que posee una magia muy particular, los destinos de los tres personajes que hacen avanzar la acción se cruzarán, logrando entonces una dicotomía conflictiva entre la verdad (cuya defensora será la Mujer Maravilla) y la mentira (empleada constantemente por Lord).

Ahora bien, es necesario desarrollar las problemáticas narrativas que presenta la película, a pesar de ser entretenida. Por un lado, la falta de originalidad, que no le es propia, sino que es un mal actual de las versiones cinematográficas del universo de los comics, en donde la misma fórmula de un villano que a través de un elemento todo poderoso pone en peligro la continuidad del mundo, es tan repetitiva que ya aborrece.

En adición, la actuación exagerada de Pascal junto con el devenir desmedido de su villano que desencadena el caos social mundial, hace que el relato pierda potencia. Incluso cerca del desenlace cuando se explica explícitamente porque puede pedírsele a la “piedra” un segundo deseo -cuando todo lo desarrollado anteriormente se apoyaba en que no- es mediante una argumentación insuficientemente sólida. Es decir, que hay un problema en el desarrollo del villano, al igual que en la primera entrega, parece que el guión de Mujer Maravilla no comprende que a veces menos, es más. Sin embargo, también hay que destacar que aquí los villanos son más humanos y terrenales, porque poseen cierta sensibilidad, a pesar de la división arquetípica entre buenos y malos.

Finalmente, la moraleja del filme es cuan peligroso puede ser que todos obtengamos lo que queremos. Para concluir con el análisis de Mujer Maravilla 1984, se considera que la primera entrega de la heroína estuvo mejor lograda y equilibrada. Sin embargo, hay que destacar el volver a traer a escena un personaje femenino tan icónico, cuyo “feminist power” aún tiene mucho más para dar. Incluso, en esta versión se agrega una pequeña escena de “venganza justiciera” frente a un acoso sexual que Minerva padece. Por último, no se pierdan la escena extra al final de la película que posee un cameo célebre, que ojalá tenga repercusiones en la ya anunciada tercera entrega.

 

 

Ficha Técnica

Origen: Estados Unidos, Reino Unido, España.
Año Realización: 2020.

Dirección: Patty Jenkins.

Guión: Patty Jenkins, Geoff Jhons y Dave Callaham (basado en los personajes creados por William Moulton Marston

Elenco: Gal Gadot, Pedro Pascal, Kristen Wiig, Chris Pine, Robin Wright y Connie Nielsen.

Dirección de Arte: Aline Bonetto.

Dirección de Fotografía: Matthew Jensen.

Montaje: Richard Pearson.

Música: Hans Zimmer.

Producción: Patty Jenkins, Gal Gadot, Charles Roven, Stephen Jones, Deborah Snyder y Zack Snyder.  

Distribución en Argentina: Warner Bros. Pictures/Warner Media.

Duración: 151 minutos.
Fecha Estreno en Argentina: 18/3/2021.

*DENISE PIENIAZEK

Investigación y Crítica Cinematográfica (IAE-FFyL-UBA/Artes Combinadas)
Escenografía, Vestuario y Maquillaje Audiovisual / Teatral (UNA/Artes Visuales)

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