Sin despliegues pomposos de pólvora y escombros, 100 años de perdón juega en los márgenes del género de acción, complementando su argumento base -un atraco multimillonario y los imprevistos de su ejecución- con una mirada incisiva hacia las ignotas tramas del poder.
Por Mariu Serrano
“¿Qué delito es robar un banco, en comparación con fundarlo?”
Bertolt Brecht
Llueve en Valencia. El tráfico está atascado y los directivos de la sede central del Banco tienen problemas para llegar a horario. Es un día importante para ellos: se instalarán las nuevas alarmas en el edificio, que hasta entonces estaban desactivadas, pero más significativo es este día para los seis enmascarados que arremeten por la puerta principal, muñidos de rifles y explosivos en sus chalecos.
No han pasado diez minutos y ya estamos aferrados a la pantalla. Rápidamente conocemos a los miembros de la banda: cinco son extranjeros y uno es español. A la cabeza están “el Uruguayo” (Rodrigo de la Serna) y “el Gallego” (Luis Tosar), quienes entrarán en una pica cada vez mayor por el liderazgo y la información. Si bien podríamos esgrimir una queja sobre el encasillamiento de los latinos como ladrones, es cierto que el hecho de ser en su mayoría foráneos suma en dos sentidos: por un lado, hay una vasta tradición de coproducciones hispano-argentinas que nos aúna culturalmente; por otro, estos maleantes no están buscando solamente dinero en las bóvedas.
La directora de la sucursal (Patricia Vico), convulsionada rehén, querrá sacar provecho de su penosa circunstancia y añade un detonante a esta serie de confabulaciones. El tráfico de información es otro de los vértices de esta historia, que nos acerca a la esfera política y a su mayor pesadilla: la prensa. En paralelo se desarrolla el conflicto de jerarquías institucionales, encarnados por el secretario de la Jefa de Estado (Raúl Arévalo) y el nuevo director del operativo policial (José Coronado).
Un acierto de este thriller de acción, dirigido por Daniel Calpasoro (Ausentes, Invasor, Combustión), es que sostiene una intriga in crescendo con una óptica muy humana en la construcción de sus personajes. Asimismo, el guionista Jorge Guerricaechevarría aprovecha al máximo la comicidad distintica del argot argentino, siendo su máximo exponente “el Loco”, a cargo de Joaquín Furriel. Sorprendiendo en un papel de antihéroe, como ha hecho recientemente en El patrón, se corre de su lugar cómodo de galán para ser un analfabeto irascible y sentimental que enreda la situación por no poder con su genio. En un reciente reportaje en Perros de la Calle, relata cómo Calpasoro logró un trato íntimo con sus actores, y la manera en la que su personaje se relacionaba con “Varela” (Luciano Cáceres) y con “el Uruguayo”.
Una película con una notable fotografía, prolija y sin excesos, que toma caminos alternativos, atrapando al espectador.
Ficha técnica
Título original: Cien años de perdón
Año: 2016
País: España
Director: Daniel Calparsoro
Guión: Jorge Guerricaechevarría
Música: Amy Marie Beauchamp, Jose Cancela
Fotografía: Josu Inchaustegui
Reparto: Luis Tosar, Rodrigo De la Serna, Raúl Arévalo, José Coronado, Patricia Vico, Joaquín Furriel, Luciano Cáceres, Marian Álvarez, Nani Jiménez
Productora: Coproducción España-Argentina-Francia; Morena Films / Vaca Films / Telecinco Cinema / K&S Films / Telefonica Studios
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