Por Teresa Gatto
Todo policial, se sabe, necesita de algunos elementos básicos insustituibles. Un crimen. Un secreto. Una conspiración y por supuesto una investigación. Desde que el género se instaló en la Literatura y el Cine, un policial puede ser malo pero se sostiene aunque sea los primeros 20 minutos. Hollywood sabe darnos estos engaños.
Pero el film de Miguel Cohan, sostiene hasta el final un interés creciente y propone ese pacto implícito con el receptor: colaborar en hallar la verdad. Ergo, todos nos convertimos en investigadores.
La historia basada en la novela homónima de Claudia Piñeiro, hace uso de la adaptación para conseguir esa empatía con la historia que es necesaria a la hora de no parpadear en la butaca.
Brevemente diremos que el disparador es un asesinato en un country. Allí Pedro Chazarreta a cargo de Mario Pasik, aparece muerto en un sillón. Es el mismo hombre que enfrentó hace años la acusación del crimen de su esposa. Betibú, nombre fantasma de una escritora que luego de escribir policiales, se retira como escritora fantasma (¿quién de nosotros no lo es en el algún momento de necesidad?) Se trasladará al barrio cerrado a investigar lo sucedido. Betibú o Nurit Iscar no es otra que Mercedes Morán que, saca a relucir todas sus dotes actorales, enormes dotes como si ambas, Betibú y Nurit hubieran sido escritas a su medida.
Pronto las investigaciones de la escritora, comienzan a generar una proliferación de nuevas pistas, está acompañada por los excelentes trabajos de Mariano Saravia, a cargo de Alberto Ammann, un periodista joven de la sección policial de su diario, y de Jaime Brena, en la piel de Daniel Fanego.
Entre los logros del film, se hallan las excelentes inserciones que mixturan los rasgos de dominio y un profundo conocimiento del mundo periodístico. Los medios, su poderío y la diferencia entre éxito e impunidad que da el poder. La cámara con excelentes opciones de fotografía logra anclarse allí en esa instantánea que capta el gesto o el hallazgo. Los juegos de balance entre la experiencia de Brena, en un Fanego que siempre logra organicidad total, junto a Saravia, más novato pero no menos perspicaz conforman un trío que como sistema de investigación convertirán en un rizoma las pistas que se suman hasta empezar a desbrozar la maleza de la investigación.
Completan el elenco, Carola Reina, Osmar Núñez, Norman Briski, Gerardo Romano, Lito Cruz y Fabián Arenillas, con una cuidada dirección que les permite un lucimiento justo sin estridencias que desvíen al espectador de un hecho delictivo del que tal vez, sólo Betibú, tenga todas las respuestas cuando los créditos pasen y salgamos del cine.
Los arrolladores filmes de Hollywood siguen llegando y aunque aquí participen de algún modo, está clarísimo que el Cine Argentino puede ser el mejor producto para que los espectadores se sostengan en sus butacas casi cien minutos sin perder atención ni admiración.
Sinopsis
Años después de un asesinato en el country La Maravillosa, el viudo de la víctima aparece degollado en lo que se supone podría haber sido un suicidio. Pero pronto, los investigadores consideran la hipótesis de que se trate de algún tipo de justiciero que haya decidido vengar la muerte de la mujer del empresario.
Ficha Artístico/Técnica
Origen: Argentina
Año: 2013
Intérpretes: Mercedes Morán, Daniel Fanego, Alberto Amman, Mario Pasik, Carola Reina, Osmar Núñez, Norman Briski, Gerardo Romano, Fabián Arenillas y Lito Cruz
Dirección: Miguel Cohan
Guión: Miguel Cohan y Ana Cohan, sobre adaptación de la novela homónima de Claudia Piñeiro
Fotografía: Rodolfo Pulpeiro
Música: Federico Jusid
Edición: Irene Blecua
Diseño de producción: Mariela Rípodas
Producción: Haddock Films y Tornasol Films
Distribuidora: Warner
Duración: 99 minutos
Estreno: 3 de abril de 2014
Calificación: Apta mayores de 13 años
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