por Teresa Gatto
María espera. Concretamente una visa de trabajo pero simbólicamente ella espera otra cosa. París no es la Ciudad Luz sino más bien un mundo gris en el que la vida se dirime casi sin palabras pero con gestos, miradas y un pensamiento puesto en el pasado, el pasado es lo que se graba a fuego en algunos seres. Belén Blanco es María y a lo largo del film saca a relucir el porqué ese rostro tan enigmático es ideal para acompañar su destreza actoral.
La película de Sergio Mazza cuenta con un prólogo y tres actos en los que es poco lo que ocurre en términos de acción. Conocemos a María que busca un cuarto barato en el inicio. En el primer acto "La inmigrante” la vemos haciendo su vida de expatriada, tolerando con una resignación que no tiene que ver con el sometimiento un trabajo que pende de un hilo por la falta de los papeles… eso que la vuelve una inmigrante ilegal. Antoine Raux, será Jérôme quién le alquile ese cuarto, escaleras arriba, con una ventana que no mira a ninguna parte. Es el cuarto de su hijo, que a raíz de la separación reciente de su mujer, todavía está poblado de sus objetos infantiles.
En el segundo acto: “La pérdida de un ser querido” se desanuda la verdadera razón por la que María se encuentra allá lejos y cuando llama a su madre le dice lacónicamente que se encuentra bien. Y será también un nexo con el deseo, pero no con ese deseo que el espectador imagina, tal vez por ello, los encuentros sexuales de los habitantes de la casa están desprovistos de juegos previos, besos y otros indicios de un romance en ciernes.
En el tercer acto “Y”, hay un esbozo de sonrisa en esa mujer que impertérrita asume cada instante con un “está bien”, parece que lo ha logrado y lo que antes fue el horror ahora se consume de otro modo.
Ambos seres están atravesados por el quebranto, distintas formas del dolor que, retratadas por Mazza en un clima muy lejano a la postal parisina romántica y feliz, muestran la asfixia y la transmiten con acierto a los espectadores que esperamos hasta que algo nos dice que nada o poco puede cambiar porque algunos dolores te acompañan siempre.
La opresión interior, la angustia y el dolor no se dicen en este film, se exhiben sin manipulación musical ni ampulosidades retóricas.
Buen trabajo de los protagonistas a los que se suma Hervé Segata como amigo de Jérôme que es quién tal vez ve un poco más allá del dolor de María por no estar tan ensimismado en el propio.
Ficha Artístico/Técnica
Origen: Argentina, 2011
88´ / 35mm / Color
Español
Dirección: Sergio Mazza
Guión: Sergio Mazza
Fotografía: Alfredo Altamirano
Edición, Dirección de arte y Producción: Sergio Mazza
Sonido: Maxi Gorriti, Tory Zalokar
Música: Ignacio Santoro, Sergio Mazza
Compañía productora: Masa Latina
Intérpretes: Belén Blanco, Antoine Raux, Hervè Segata
Sobre el director:
Sergio Mazza nació en Buenos Aires en 1976. Estudió Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires y en 2004 fundó la productora Masa Latina. Dirigió los largometrajes El amarillo (2006) y Gallero (2008; premio de la AAA a mejor actuación masculina en el 23º Festival), y actualmente prepara su próximo film, Prostíbulo de animales.
Competencia Internacional - Festival Internacional de Mar del Plata
Más Información en: http://www.mardelplatafilmfest.com/26/pelicula/graba
0 Comentarios