Por Carlos Folias
Se largó finalmente el BAFICI, que enloquece a varios, se convierte en lugar de encuentro de variopintos amantes del cine, detractores del mismo y muchos visitantes a los que promete un paraíso pero como diría Borges: “No hay otros paraísos que los paraísos perdidos".
Hoy asistimos a la función de Blue Valentine, en el marco del segmento Panorama/Corazones y la sorpresa ha sido grata.
Derek Cianfrance, co-guionista junto a Joey Curtis y Camie Delavigne, eligió muy bien a Michelle Williams, una impecable Cindy y a Ryan Gosling, como un perfecto descompuesto Dean. En ellos el equilibrio reside no sólo a nivel visual sino en la perfecta sincronía de sus trabajos actorales.
Ahora bien, que nadie se confunda porque Blue Valentine no es una historia de amor risueña ni aún en sus pasos de comedia, sino más bien una pintura de cómo las relaciones amorosas, muchas veces, no logran salir de su encrucijada final.
Con un gran manejo de los tiempos y un uso del flashback que hace difícil muchas veces distinguir en qué momento de los 6 años que están juntos está ocurriendo lo que vemos, la película demanda una mirada bien centrada en el pequeño detalle del igualmente pequeño paso del tiempo.
Como toda pareja que ve irse hacia el abismo la familia que construyó, Cindy y Dean irán a pasar una noche romántica en un intento más de rescatar aquella pasión demoledora que comenzó años atrás y que los unió dando una hija como fruto. Eligen pasarla en un hotel temático, esas maravillas de la modernidad y la “habitación de futuro” es la elegida, pero en esa habitación del futuro verán el pasado que en fragmentos y como una sutil cascada, muestra por qué el presente es lo que es. Arrancando obviamente desde el día en que se conocieron, se enamoraron, llegaron a la culminación bella de ese amor y todo comenzó a caer.
Encontrarse y perderse es cosa de casi todos los días. En el film de Cianfrance, lo realmente interesante es cómo se narra esa historia de ganancias y quebrantos que es el amor. Cámara, fotografía y diseño sonoro logran una homogeneidad en el montaje coincidente con la química que Michelle Williams y Ryan Gosling consiguen mostrar en la pantalla.
Ficha Artística / Técnica:
Título original: Blue Valentine
Año: 2010
Origen: Estados Unidos
Director: Derek Cianfrance
Actores: Ryan Gosling, Michelle Williams, Mike Vogel, John Doman, Ben Shenkman, Reila Aphrodite, Faith Wladyka, Samii Ryan, Maryann Plunkett, Robert Eckard
Guión: Derek Cianfrance, Joey Curtis y Camie Delavigne
Música: Grizzly Bear
Fotografía: Andrij Parekh
Montaje: Jim Helton, Ron Patane
Productora: Hunting Lane Films, Silverwood Films
Género: Drama, Romance
Duración: 114 min.
Próxima Función BAFICI: 9 de abril a las 18:30
Hoyts Abasto Sala 44, Corrientes 3247, Ciudad de Buenos Aires
Sinopsis:
Fin de semana, hija en casa del abuelo, una reservación gratuita pendiente en el hotel temático del pueblo (la habitación “futurista” parece ser la más tentadora): por esas circunstancias estúpidamente lógicas del matrimonio, el futuro conyugal de Dean y Cindy parece reducirse a una noche más bajo el mismo techo. Alrededor de esa situación definitoria, Derek Cianfrance construye su relato de amor oxidado, que atraviesa las décadas recientes del indie norteamericano hasta toparse con el fantasma de John Cassavetes. Con una estructura que desafía a la linealidad más común en las historias de parejas-que-ya-no-se-aman-pero-siguen-juntas-por-sus-hijos, la acción de Blue Valentine avanza y retrocede en el tiempo, alternando temporalidades para contrastar todo aquello soñado y prometido que jamás se vuelve realidad. Lo sorprendente del caso es que cualquiera de estos rasgos de originalidad narrativa termina pareciendo ínfimo en comparación con las interpretaciones de su dupla protagónica; como reforzando, de alguna manera, la poética cassavetiana.
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