Por Andrea Migliani
Ser médico de un hospital es al menos un acercamiento a la angustia. Ser médico de enfermos terminales que sólo pueden paliar su dolor sabiendo que el fin se acerca es un gran dilema. ¿Cómo ayudar sin involucrarse? ¿Se puede ayudar si no hay empatía? ¿O es mejor hacer la gran House y no tener casi contacto con el dolor del paciente?
Narrada visualmente en un 95% dentro de un hospital, Eduardo Noriega, en el papel del Diego Sanz, se ha desconectado de todo para mantener la debida distancia con el dolor de sus agonizantes pacientes, también ha puesto distancia con su mujer, su hija adolescente a cargo de Clara Lago y su didactismo hacia los nuevos residentes es: no mires, no te involucres.
En distintos sucesos como el intento de suicidio de una paciente, un disparo que no acertó donde debía y otros avatares que a veces rozan el fantástico, otras el terror y muchas más, las menos afortunadas el melodrama, Diego Sanz deberá tomar decisiones.
Algunas escenas descarnadas como las que acontecen en un hospital y algunos descarnados sentimientos que afloran a pesar de su protagonista, se unen aquí para dar como resultado una película que promete sorpresas hacia el final.
Producida por Alejandro Amenábar y dirigida por el debutante Óskar Santos, el film hace un mix de géneros pero logra salir airoso. Buena oportunidad para disfrutar un poco de cine español que no siempre arriba a estas costas.
Ficha Artística / Técnica:
Título original: El mal ajeno
Año: 2010
Origen: España
Director: Óskar Santos
Actores: Eduardo Noriega, Belén Rueda, Angie Cepeda, Clara Lago, Carlos Leal, Cristina Plazas, Marcel Borrás, Luis Callejo, José Ángel Egido
Guión: Danile Sánchez Arévalo
Música: Fernando Velázquez
Productora: ModProducciones / Himenóptero / Telecinco Cinema
Género: Thriller Drama
Duración: 107 min.
Fechas de estreno: 31 de marzo de 2011 Bs. As.
Sinopsis:
Diego es un médico tan acostumbrado a manejar situaciones límite que se ha inmunizado ante el dolor de los demás. Se ha desconectado de su trabajo, de su pareja y de su compromiso como padre. Durante un inquietante encuentro, a Diego le amenazan con una pistola. Horas después sólo recuerda el sonido de una detonación y la extraña sensación de haber recibido algo más que un disparo. Diego deberá tomar una decisión irreversible que afectará a su propia vida y a la de sus seres queridos
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